jueves, 27 de abril de 2017

"Blade Runner", de Philip K. Dick



Tan difícil es abstraerse de la iconografía de la película al leer esta apasionante novela de Philip K. Dick como dejar pasar por alto la profunda reflexión moral a la que nos invita desde una prosa algo desigual pero capaz de llevarte consigo al mundo que intenta retratar, objetivo último, sin duda, del género de ciencia ficción.

El mundo de los Nexus-6 y los cazadores de bonificaciones, los blade runners, en un universo apocalíptico al que no nos apetece demasiado llegar y que no hace sino extrapolar, temporalmente hablando, las miserias del ser humano, nuestras flaquezas y nuestra perenne mediocridad.

Una mediocridad en la que Ridley Scott, el director de la película, ahonda otorgando una mayor dimensión a uno de los personajes más enigmáticos de la historia del cine, Roy Batty, que en la novela de Dick queda algo más difuminado, sin un protagonismo realmente claro.

Sin embargo, la novela sí que supera a la película en la recreación del universo "Blade Runner", utilizando el juego impostado de las mascotas eléctricas vs. reales, en un ejemplo de catarsis degradativa a título sumo y que ya se insinúa desde el subtítulo de la novela, "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?"

En definitiva, "Blade Runner, ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas" es una novela que te invita a un viaje sin retorno hacia todo aquello de lo que huyes, y aunque se echa en falta cierta intensidad literaria, que la película sí alcanza, permite soñar, o tener pesadillas, con un mundo en el que nuestras mascotas sean eléctricas.






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